La etapa de los berrinches es normal, la clave del éxito está en cómo reaccionar al presenciar uno...

Ignorar el berrinche es lo más recomendable, ya que al prestarle atención sólo reforzará su actitud negativa, como ejemplo; cuando dos adolescentes se enfrentan a golpes, si los que los observan deciden retirarse, ellos dejan de golpearse, porque... ya no hay público.  Debemos tener paciencia y recordar que, así como al niño le tomó tiempo descubrir que con una rabieta lograba su deseo, a usted le tomará tiempo lograr que su niño se entere que NO le funcionarán más.

Alejarse del niño ayuda muchísimo, NO lo encierre; usted aléjese, vaya a otra habitación, métase a bañar, etc., pero siempre con una actitud tranquila, (no sonriente) y sin gritos o estará en el mismo nivel que él. Es muy difícil, pero recordemos que nosotros somos los adultos.

Permítale gritar hasta que solo se calme y por favor NO ceda, o estará reforzando esta conducta.

No intente (en ese momento) razonar con él, ya que sería inútil  (ya enojada, ni usted lo haría)

Si usted cede ante un berrinche, hágase a la idea que seguirán muchos más, además de lo confuso para el niño, de que hoy sí, mañana no, o porque hay visitas, o está en la casa de familiares o usted en el teléfono, o en la fila del súper, etc.

Si el niño quiere galletas cerca de la hora de comer, y usted se las niega, él no parará de gritar y llorar y usted para no “frustrarlo”  (ni oírlo), cederá, comprobando a la hora de comer que el niño no aceptará más alimento (ya comió galletas) el afectado es él, lo cual no es justo ya que usted es el adulto y la autoridad.

Hay que ser congruentes con las circunstancias, no incurramos en errores tales como el de la señora que al cabo de 2 minutos de que el niño se portó muy mal, ella le habla con una sonrisa y le dice “¿corazón, ¿qué quieres cenar?” esto confunde muchísimo a los niños, ellos deben notar la diferencia (en voz y semblante de la mamá) cuándo se portó mal y cuándo no.

El niño  pequeño es egocéntrico por naturaleza, cree que estamos para cumplir sus deseos, siempre y al instante, (y los padres hemos contribuido a que así piense) un niño nunca dirá “ok mami, ya tuve mucha atención de tu parte, son las diez de la noche,  ve a tomarte un café o ver la tele, o lo que tú quieras hacer” pero  es nuestra responsabilidad como padres, integrarlos en el proceso de ser considerados y de  socializar, ya que en casa son los amos, pero recordemos que fuera de ella, NO.

La conducta del niño es:  primero YO, después YO, al último YO y siempre YO.

Es muy doloroso para el niño que MANDA en casa, salir luego a convivir al kínder, o a fiestas infantiles, porque además de doloroso es confuso, ya que el siempre ha sido el rey y resulta que fuera de su casa no puede hacer su santa voluntad, el niño no lo comprende y el adulto es el único culpable.

 Por último, Aprenda a decir NO, con firmeza, sin sentirse culpable (o que no se le note).

 Lic. Migdalia Sierra , psicoterapia familiar.